Estas fiestas y Reyes, regala bici

la foto de portada son mi sobrino y ahijado, bicis de regalo por sus cumples de la madrina y míos, ambos acérrimos defensores de la bici, ella más como usuaria diaria en ciudad y yo en todas sus modalidades

Si has montado en bici, hay una sensación única e inigualable que te acompaña para siempre. No voy a llamarle “libertad” porque esta palabra está siendo bastante abusada últimamente. Pero seguro que desde que por primera vez fuiste en bici de pequeño y aún tienes recuerdos de ello, la sensación es similar. Al menos para mi lo es.

mi otro ahijado en Irlanda, disfrutando con la bici con lluvia, barro y frío, para los que dicen que no usan bici por mal tiempo

Si estás en tu coche, probablemente con climatizador si es un coche más o menos moderno, vas con las ventanillas subidas, tienes las dos manos en el volante, sin duda mirando al frente y asegurándote de que conduces con seguridad. Si te paras en un semáforo y otro coche se detiene a tu lado, probablemente seguirás mirando hacia delante, con una o las dos manos en el volante, a unos 3 metros de distancia del otro conductor, no os conocéis, no os miráis, no os habláis, incluso os resulta incómodo miraros. No habrá interacción entre usteds. Quizás seas de los que no te da corte saludar al otro y quizás hasta te responda con un breve movimiento de mano. Luz verde y apretar el acelerador.

Pero si hay un carril bici y una persona se detiene en ese mismo semáforo con una bicicleta y una segunda persona se detiene, será una situación completamente diferente. Ambas estarán a escasa distancia entre sí, máximo un metro quizás. Ambas se mirarán probablemente, quizá incluso se hablen o se sonrían. Se identificarán el uno al otro, ambas han elegido hacer lo mismo y no son muchos en la mayoría de los sitios. Ambas son increíblemente vulnerables en este espacio, incluso en un carril bici, en un mundo lleno de máquinas de metal de más de 1 tonelada. Conectan por un momento como seres humanos, ponen la luz verde y salen adelante tras un pequeño momento de intereacción humana.

En un coche no se habla, es una experiencia humana completamente diferente, no hay conexión real. Los ciclistas compartimos una vulnerabilidad, compartimos una visión común y sin duda creemos, de un modo u otro, que estamos ayudando al mundo a ser un lugar mejor. Si hay más gente sana y activa, más gente en bicicleta, probablemente habrá un mundo mejor para todos.

Estas navidades, Reyes y cumpleaños de familiares cercanos, regala una bicicleta.

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