fotos por TheBlackMountainPhoto
La cumbre europea de IMBA celebrada el mes pasado Septiembre en Boltaña tuvo como slogan la frase “Conectados por los caminos: uniendo personas, naturaleza y prosperidad en áreas rurales“. Con esto se quería transmitir que durante la cumbre los temas girarían alrededor de este tema, aunque también se tocarían otros importantes puntos relacionados con el desarrollo del MTB.

Dentro de estos variados temas uno que se mencionó varias veces y fue centro de comentarios, debate y discusión, fue el del cómo enfocar el tema de la recuperación de las áreas rurales mediante el mountan bike, desde el punto de vista social o desde el punto de vista económico. La ponencia e intervenciones de Marcelo Cardona (NextLevel MTB, Tasmania, Australia), por ejemplo, mostró casos de éxitos en Tasmania con un enfoque donde claramente lo económico es predominante y arrastra consigo importantes mejoras sociales en la comunidad tras una cuidadosa planificación y un diseño adecuado de una red de senderos para el disfrute de la bici de montaña para todos los públicos.
Me gustaría reflexionar un poco sobre este debate, porque creo que tanto el enfoque social como el económico se entrelazan más de lo que podría parecer, comentando mi punto de vista a partir de lo aprendido en la cumbre, experiencias a nivel nacional y otros países en Europa y con referencias a estudios sobre estos temas.
El enfoque social
Quienes defienden el enfoque social, predominante en España, parten de una premisa: las zonas rurales necesitan comunidad, sentido de pertenencia, vida cotidiana digna, servicios de proximidad, capacidad para atraer gente nueva que quiera vivir allí, no solo infraestructuras, empresas, trabajo o dinero. Defienden la recuperación de los caminos como una vía para recuperar la historia y la cultura de estas regiones.
Se insiste en que sin servicios, sin acceso a la sanidad, transporte, conectividad digital, sin jóvenes, sin actividad cultural, sin identidad, los pueblos siguen perdiendo población y vitalidad.1
En ese marco social está la regeneración del tejido humano: nuevos residentes, nuevas oportunidades, apuesta por lo local, por mejorar la calidad de vida, que no todo sea “hacer negocio”, sino que haya cohesión, comunidad, vida.2
Desde esta óptica, primero “hacemos las conexiones sociales”, desarrollamos comunidad, se volvería por tanto atractivo para quedarse, para que lleguen nuevas personas, y entonces vendrá el crecimiento, la economía, la actividad. Y esto se intenta hacer mediante la recuperación de caminos antiguos que interconectaban pueblos, que antiguamente vertebraban la región y permitían la movibilidad de sus residentes en una red extensa que cubría el territorio.
Pero estos caminos servían primordialmente para el intercambio económico, desplazar mercancías y conectar negocios, no para el entretenimiento de la comunidad. Hace 100 o 500 años no existían las bicis de montaña, no se solía ir a hacer senderismo ni similares. Alguno lo haría, pero eran raras excepciones.

El enfoque económico
Por otro lado, está el enfoque que pone primero el motor económico: “generemos empleo, emprendimiento, negocios, diversifiquemos la economía rural, hagamos rentable lo que existe o creemos nuevas infraestructuras, aprovechemos los recursos locales, invirtamos en lo que produce”. Y esto se traduce en el caso del mountain bike por ejemplo en la construcción de caminos exclusivos para la bici, diseñados y planificados cuidadosamente para atraer visitantes y generar de esta manera un tejido económico alrededor de ellos.
Este planteamiento parte de que sin viabilidad económica no puede mantenerse la regeneración rural: las personas necesitan trabajo, los servicios necesitan clientes, los negocios necesitan ingresos. Y hay datos que muestran que muchas zonas rurales tienen bajo PIB, poca diversificación, escasas oportunidades de negocio.3
Entonces la estrategia económica diría: “Primero hay que diseñar y planificar cuidadosamente un proyecto para construir caminos sostenibles, seguros y divertidos para atraer visitantes, estos generarán un flujo económico que atraerá empresas, nuevos sectores, turismo, emprendimiento, y esto permitiría el mantenimiento de servicios e infraestructuras, para que el territorio sea viable para el asentamiento de nuevas personas”.
Cómo acaban solapándose ambos enfoques
Y aquí es donde me parece que ambos enfoques no son mutuamente excluyentes, sino que se refuerzan mutuamente, y al final resulta que no puedes separar uno del otro.
- Por ejemplo, si sólo inviertes en comunidad y servicios (enfoque social) pero no se crea una base económica que permita que esos servicios sean sostenibles, probablemente la iniciativa no perdure: faltará dinero, faltará movilidad, faltará empleo, y la gente seguirá marchándose o el crecimiento será órganico y muy lento
- Igual que si sólo te centras en generar negocio y economía (enfoque puramente económico), pero no prestas atención a la calidad de vida, al tejido social, a la integración, a la identidad rural, a que la gente quiera vivir allí, puede que haya crecimiento económico transitorio pero sin arraigo, sin población estable, y entonces el desarrollo será frágil y quizás no perdure en el tiempo
Entonces, en mi opinión, se da una especie de ciclo que se retroalimenta si ambos enfoques se articulan: economía + comunidad = regeneración sostenible a largo plazo.
Por ejemplo: se crea una red de caminos diseñados exclusivamente para la bici, se crean negocios, por ejemplo un taller y un servicio de remontes (enfoque económico) que aprovecha estos caminos construidos en el entorno rural; ese negocio genera empleo; atrae a personas que se instalan para dar los servicios; la llegada de personas refuerza la comunidad, demanda de más servicios, de vida social; esa comunidad mejorada hace que el territorio sea más atractivo para nuevos negocios; y así sucesivamente.
Además, organizaciones como IMBA Europe destacan que el contacto con la naturaleza, las actividades al aire libre, pueden tener beneficios tanto sociales (salud, bienestar, comunidad) como económicos (turismo, servicios) en zonas rurales.4
Así que, aunque quizá no lo digan exactamente en esos términos “social vs económico“, aparece ya el vínculo, la regeneración del territorio rural no es sólo una cuestión de “invertir en negocios“, ni sólo de “potenciar lo social“, sino de cómo ambas facetas se interrelacionan.5
Mi conclusión personal
Por todo ello siento que la mejor vía no es escoger uno de los dos enfoques como “el único“, sino integrar ambos desde el principio, y plantear la recuperación rural como un proyecto donde lo social y lo económico van de la mano.
- Empezar con la socialidad: ¿qué hace que la gente quiera quedarse o venir? Servicios, comunidad, identidad, vida de calidad.
- Pero también empezar al mismo tiempo con la economía: ¿cómo generamos actividad, ingresos, empleo, oportunidades?
- Y planificar de forma que cada uno refuerce al otro: la economía sostenible apoya la comunidad; una comunidad sólida apoya la economía local
Si quieres recuperar unos caminos antiguos para mantener viva la cultura e historia de la región, si no generas un crecimiento económico alrededor de ello, costará mantenerlos durante el tiempo, se tratará de un esfuerzo personal loable pero que difícilmente perdurará para el futuro próximo. Proponer un proyecto que genere economía alrededor o a partir de esa recuperación de caminos dará muchas más opciones de viabilidad y sostenibilidad a ese proyecto social.
En definitiva: no podemos tener una regeneración rural sostenible sin que haya una economía viable, y no podemos lograr que la economía funcione sin que haya una comunidad atractiva, servicios, calidad de vida. Así que, al final, los dos enfoques convergen, se solapan, se necesitan mutuamente.
Fuentes
